Hay situaciones vidales en las cuales no sabemos que hacer.
Por ejemplo una crisis de sentido o de vida, una separación o una pérdida o un reinicio profesional.
Cuándo sentimos que estemos perdiendo nuestra alegría y fuerza de vivir y que nuestros miedos y compulsiones determinen todos nuestros pensamientos, después es el
Momento para un descanso...
Una terapia puede ayudarme a
- superar una crisis vidal y cobrar ánimo nuevo
- soportar separaciones y pérdidas
- analizar problemas de contacto o relación y desarrollar estrategías para solucionarlas
- resolucionar conflictos
- reconocer las causas de molestias psicosomáticas y trabajar su supresión
- crisis de sentido en cualidad de oportunidad para mi desarrollo futuro
- trabajar mi biografía
- disminuir estrés, encontrar descanso y ganar energía y vitalidad (síndrome burn-out, rehabilitación)
- dominar el ánimo depresivo
- confortarme en caso de problemas en lugar de trabajo (mobbing o acoso moral)
- reconocer mis talentos y posibilidades para una reorientación profesional
- aceptar enfermedad y tratar con esta de manera positiva
- superar abuso y otras experiencias traumáticas
Quizás nos sentamos sólo incontentos y insatisfechos, buscando una nueva cualidad para nuestra vida. Incluso en este momento la terapia puede ser
Un compañero de apoyo.